miércoles, 26 de noviembre de 2014

Briófitos: pequeños grandes olvidados

Llegando estas fechas parece como que la naturaleza se ralentiza. Los árboles pierden las hojas y entre los animales no vemos el bullicio primaveral.

Sin embargo, no todos los vegetales pierden la hoja o frenan su floración. Me diréis, ¡claro que no!, existen vegetales de hoja perenne (o mejor dicho persistente ). Pero yo quiero ir más allá. En estas fechas, en la Península, es cuando observamos a los briófitos en su mayor esplendor, cuando fructifica su esporangio y se reproducen...

Vamos a explicar qué es esto de un briófito. Con este nombre incluimos a musgos, hepáticas y antocerotas.

Quizás los más conocidos sean los primeros.


Este tipo de vegetales, presentan una estrategia de conquista del medio terrestre que difiere sobremanera de las plantas vasculares. No podemos decir que sean más primitivos o más evolucionados que estas, simplemente han seguido otros caminos en la línea evolutiva.

El musgo, se compone de dos parte. Gametofito y esporófito. Se distinguen en su composición genética (n y 2n) pero no vamos a entrar en esto en este post. El gametófito es la parte verde, mientras que el esporófito es la parte semejante a un chupa chups, de colores marrones que sale desde el gametófito, pero solo está presente algunas veces.




¿Cómo se reproducen?

El gametofito (lo verdecillo) forma gametos en su parte superior. Los gametos femeninos se quedan en la parte superior (denominada vagínula), mientas que los masculinos se mueven por acción del agua. Si un gameto femenino es fecundado por uno masculino, se formará el esporofito.

Una vez madure el esporofito, de su parte superior (urna) saldrán las esporas. Estas, cuando caigan en el suelo si tienen las condiciones adecuadas originaran lo denominado "protonema" que dará origen a un nuevo gametofito.


Ecología
Dependen por completo de la humedad ambiental, tanto para su fisiología (absorción por los filidios) como para su reproducción, para el desplazamiento del gameto masculino. Por ello vemos una gran abundancia de musgo en zonas húmedas.

Pero cabe destacar su gran tolerancia (en función de las especies) a la desecación. Muchos musgos pueden parecer muertos por estar desecados, pero al rehidratarse vuelven a realizar por completo sus funciones vitales

No tienen, como ocurre con las plantas vasculares, una gran dependencia del sustrato en el que se presentan, pudiendo aparecer en sitios de muy diversa índole.


Falsos mitos

"El musgo es una especie": NO. Hay muchísimos especies de briófitos en general y de musgos en partícular. Poseen su propia clasificación taxonómica, tanto basada en su morfología como actualmente debido a caracteres moleculares.



"El musgo crece en la cara norte de los árboles": NO. Crece preferiblemente en zonas de humedad, que muchas veces coinciden con el norte, pero no tiene porqué (ej, presencia de un curso de agua cercano, en la zona sur de un árbol)

Curiosidades

Los musgos se utilizan en jardinería, en especial en Japón, pero este estilo se está extendiendo a diferentes partes del mundo.


Existen además "pinturas" en aerosol, compuestas de esporas de musgos. Al "pintar" no se ve apenas nada, pero cuando hay humedad ambiental el la zona, el musgo crece y aparece lo que se hubiera escrito. Superoriginal.

También se utilizan para la recuperación de un terreno tras incendios, son plantas de las denominadas pioneras, que pueden colonizar rápidamente el suelo quemado. Una especie que se usa para este menester es Frunaria higrometrica.

Otro uso que se le ha dado a los musgos, es como bioindicadores de contaminación ambiental. Debido a su gran dependencia de las condiciones ambientales y a que están siempre en un lugar, se puede analizar el musgo, como un biomonitor, en lugar de tener que poner una sonda en cada lugar que queremos estudiar.
Pueden ser, también, indicadores de cambio climático, debido a su dependencia de la humedad.

Desgraciadamente, el uso más conocido de los musgos, es el de los belenes. Miles de personas al acercarse las navidades, arrasan con los musgos de bosques colindantes a las ciudades y, esto, año tras año, va diezmando las poblaciones. 

Recomendamos que no decoréis con musgo natural y que, en caso de que lo hagais, guardad el musgo año tras año, pues simplemente mojándolo, vuelve a estar igual de verde y fresco que el primer día. No es necesario volver a recolectar

Con todo esto, nada más que recordaros la importancia de este grupo de seres vivos, que tienen su función en el ecosistema y no en nuestras decoraciones navideñas.


Judith

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